El test de embarazo y la reacción familiar

Ignorando lo que estaba ocurriendo dentro de mi cuerpo, pasé un mes de Septiembre de lo más normal. Hasta que vi que mi menstruación se estaba retrasando. Los primeros 3 días, a pesar de ser siempre puntual como un reloj, no me hicieron intuir nada. A partir del quinto empecé a sospechar y a decirle a mi pareja, medio broma medio enserio, que fuera ahorrando para pañales. 

Durante todos estos días tuve un leve malestar general y punzadas intensas pero muy cortas en el bajo vientre. Dolores muy parecidos a los de antes de la menstruación, pero no exactamente iguales. Lo que sí que me extrañó fue que mis pechos estaban hinchados, cosa que jamás me había pasado antes, y mi piel y pelo más grasos de normal. 

A la semana de retraso, le fui haciendo la idea a mi madre de que iba a esperar un nieto. A los 9 días compré el test de embarazo, y recuerdo que le dije:

Mamá, mañana me hago el test. 

¿Te puedes creer que me daría pena que fuese negativo? 

Por una parte estaba convencida de que tenía que estar embarazada. Tantos días de retraso no eran normales, y aunque no lo habíamos buscado, sí que había posibilidades reales de que lo estuviera. No os voy a mentir y decir la frase tan famosa... Ay, pues no se como ha podido pasar!! 

La mayoría de las veces uno sabe que no ha hecho las cosas como debería. Y a pesar de no ser buscado, yo sabía que me llevaría una desilusión si el resultado fuese negativo. En esos 10 días, ya me había imaginado con mi barriguita. 

Y así, el día 7 de Octubre nada más levantarme, me hice la prueba de embarazo. Y como yo ya imaginaba el resultado fue positivo. Más que positivo! Esas dos rayas eran exageradamente rojas. 

No se me olvidará la cara de mi pareja. Medio de asombro, porque el seguía pensando que era imposible, medio de alegría. Tenía un brillo en los ojos que hizo que los miedos que empezaron a recorrer mi mente disminuyeran. 

Cuando vi a mi madre fue otro cantar. Nada más verme la cara supo cuál había sido el resultado. Al ver su cara de preocupación no pude contener las lágrimas. Ambas las disimulamos. Estaba contenta y asustada a la vez por todo lo que me venía encima. 

A mis suegros les pilló totalmente por sorpresa y se volvieron locos de alegría con la noticia. Mi pareja es hijo único y ellos ya son mayores. Mis padres son más jóvenes y somos tres hermanas, yo la mayor. De ahí que la situación sea diferente. Todos están contentos, pero mis padres como es lógico tienen miedo por mí. Porque soy yo la que va a pasar por 9 meses de cambios. 

Y mañana ya comienzo con la primera de las muchas visitas que haré al médico. Deseadme suerte!