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viernes, 20 de noviembre de 2015

Una cesárea, una pierna endeble, un andador y un recién nacido


Hay tantas cosas que contar que no se ni por donde empezar. No puedo separar mi cesárea de mi problema con la pierna, ya que un problema se unía al otro. Si ya de por sí una cicatriz de cesárea es molesta y dolorosa, sumadle una pierna que arrastra. Levantarme de la cama o del sofá ya era toda una hazaña. Imaginaos... 

Como ocurre con casi todas las dolencias, no nos damos cuenta de lo importante que es ese dedo, músculo o articulación hasta que tenemos un problema con él. Por un lado tenemos la cesárea. Una cirugía mayor que me dejó una cicatriz de casi 15 cm y 23 grapas. Por el otro lado, la pierna izquierda con el nervio afectado, lo cuál hacía que no pudiera apenas moverla. 

De ser una persona muy  independiente, pasé a ser super dependiente. Siempre necesitaba a alguien conmigo, porque aunque yo podía estar un ratito sentadita en el sofá sin hacer nada, tenía un recién nacido que necesitaba atención las 24 horas del día. Ambas necesitábamos ayuda las 24 horas del día.

Así que desde que parí hasta más o menos pasados 3 meses he estado en compañía a todas horas. Me tenían que incorporar en la cama o levantar del sofá tirando de mis brazos, acompañarme hasta para ir al baño, incluso bañarme. En el hospital estuve 8 días sin bajar de la cama, lavándome con esponjas jabonosas y un balde de agua. Así que lo primero que hice al llegar a mi casa, o más bien a la de mis padres fue ducharme. 

La ducha que mejor me ha sentado en toda mi vida, también la más atípica. Al tener el baño en la planta de arriba tuve que bañarme en el patio con la manguera enganchada al termo. Mi madre preocupada porque me pudiera ver algún vecino, pero yo con todo lo que ya había pasado, eso era lo que  menos me importaba. 

Después de unas de las primeras duchas, mientras me daba crema, note como piel despellejada en el trasero. Me miró mi madre y casi le da algo. A la cicatriz, la pierna coja y las estrías se sumaban dos grandes escaras. Si,si,... esas llagas que les salen a los ancianitos que no pueden  moverse. Se las enseñé al matrón y me dijo que estaban en su fase inicial. Que probase unos días a hidratarlas y que sino veía mejoría me mandaría una crema antibiótica. Menos mal que el bendito aceite de rosa de mosqueta puro hizo que la cosa fuese mejorando. La piel, después de varias semanas, recuperó su aspecto habitual.

Y para rematar también os contaré que mi trasero y mis piernas eran dos auténticos pellejos colgones. Salí del hospital con casi 10 kilos menos y con una movilidad muy muy muy reducida. Es impresionante como puede deteriorarse tanto el cuerpo en tan solo una semana.

Las dos primeras semanas, una en el hospital y otra en mi casa, estuve recibiendo pinchazos de heparina en la barriga debido a la inmovilidad. El mismo día que llegué a mi casa casi me caigo para atrás agarrada al andador. Menos mal que mi padre y mi pareja me agarraron a tiempo. No se como pudieron hacerlo tan rápido. Si llego a caerme con toda la barriga cosida, no se que habría sido de mi. 

Después de mucha paciencia, mucho esfuerzo, algunos momentos de llanto y agobios, muchísima ayuda, muchísimo cariño y algunas caídas, he recuperado después de 5 meses la movilidad al 100%. Aún me queda coger un pelín de fuerza, pero ya estoy casi recuperada por completo. Por supuesto, ver a mi hija hacía que sacara fuerzas de donde no había.




Muchas gracias a las que me seguís leyendo. Quería contar mi historia para darla a conocer por si a alguna os toca pasar por lo mismo, que espero que no. Tuve un embarazo muy bueno, un parto que acabó después de 14 horas en cesárea y una recuperación complicada. Del otro lado tengo una niña maravillosa, preciosa, sana y buenísima. Tiene ya 5 meses y 10 días, pesa 8 kg y mide 70cm. Todo ello con lactancia materna exclusiva. Me habían rajado la barriga y dejado casi lisiada de una pierna, pero la lactancia materna iba a salir bien sí o sí.  De ella y de mi experiencia con la cesárea, os hablaré en los próximos post. 


Miles de besos



6 comentarios:

  1. ay cariño como lo he sentido leyendo cada palabra y como te entiendo. yo ahora estoy pasando por un momento de salud muy malo y tambien he tenido que mudarme a casa de mis padres pero estoy segura que tambien lo superare como tu. besos

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  2. Menos mal que recuperastes la movilidad en la pierna, se lo que es tener que depender de alguien para todo y es horrible, besos para las dos! :)

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  3. Se nota que has sido muy valiente, menos mal que ya todo ha pasado! Saludos!

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  4. Qué fuerza y valor tuviste para mantener la lactancia...olé por ti! Yo también las crié con pecho, la pequeña lo tomó hasta los 18 meses, pero en tu lugar con lo malita que estabas es toda una hazaña, hija.
    Un abrazo a toda la familia.

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  5. Madre mía Naiara, te estoy leyendo y me quedo de piedra. Olé tú que eres una luchadora y a toda tu familia que te está apoyando y ayudando. Me alegra que estés mejor mi niña. Un besote muy fuerte.

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